El aula no es un gallinero (Actividad 16)

Desde la investigación hecha por el CEP Alcalá de Guadaíra (Sevilla), se proponen una serie de consejos para que mejore la práctica del docente a través de la gestión del aula. Una vez que el profesor consiga guiar el ambiente de la clase, le será mucho más fácil impartir sus contenidos de forma eficiente. Además los alumnos también se beneficiarán de ello con la mejor compresión de los mismos.


1. Trabajando las actitudes positivas de todos los implicados.

Es posible cambiar la actitud del alumnado, porque las actitudes se educan y por tanto se pueden aprender en el ambiente escolar. Una de las claves para éxito, es la inducción diaria de mensajes de valoración hacia el esfuerzo y la tarea bien hecha. Acompañado con una metodología variada y motivadora, el trabajo tanto individual como en grupo y con una evaluación diversificada. 

También sería de interés adoptar desde el profesorado una actitud positiva que contemple al alumnado de actitud negativa como un reto profesional a superar más que como un conflicto.

Las familias son una parte esencial para el trabajo, por lo que debemos conseguir que colaboren en la educación de sus hijos. 

2. Mejorando el clima de la clase.

Las condiciones ambientales del aula permiten crear unas relaciones personales acogedoras y un clima favorecedor del trabajo necesarios para el mejor aprendizaje. Para construir un clima de clase adecuado es necesario establecer límites en la primera semana del curso y mantenerlos a lo largo del curso. Algunas de las normas podrían establecerse en base a: 

         a) Elaborar normas explícitas en las aulas que regulen los comportamientos más frecuentes. 

    b) Elaborar normas implícitas establecidas por las rutinas, que marcan en gran medida el funcionamiento del aula.

        c) Velar porque no exista contradicción entre unas y otras, y porque sea efectivo su cumplimento.

Disponer de normas efectivas de convivencia que regulen los comportamientos más frecuentes harán que el clima del aula sea más positivo. Otro de los factores a tener en cuenta es la relación de confianza, colaboración y respeto con el alumnado. Los profesores deben conocer los roles del alumnado y propiciar que contribuyan a la convivencia y no la perturben, reconduciendo su actitud cuando sea necesario.

3. Aumentando la atención y control de la clase.

La atención tiene una influencia considerable en la mejora del clima de manera que, si ésta se mejora, disminuye significativamente la conflictividad. 

La atención de los alumnos deberían estar concentradas a la tarea del profesor y viceversa, la del profesor tiene que estar dirigida hacia todos sus alumnos por igual. Sin embargo, muchas veces ocurre justo lo contrario: el profesorado la tiene concentrada hacia unos pocos de sus alumnos (debido a su mal comportamiento normalmente). Por eso debemos trabajar la atención mediante dos estrategias: estrategias para captar la atención y para mantenerla. 


En mi opinión, este informe refleja a la perfección cómo el profesor puede y debe controlar su clase, a través del establecimiento de unas normas, mejorando el clima de la clase, motivando a los alumnos para aumentar su atención en clase y que el control de la misma sea mejor.

Pinchando aquí accederás al informe completo.


¿Estás de acuerdo conmigo?

Seguimos reaprendiendo.

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